martes, 9 de septiembre de 2014

Perdóname el agua
cayendo por el barranco
de este día sin ti.

Perdóname si fui corteza
antes que papel
en otra vida
y creyendo que era la misma
tallé tu corazón
que entregaste hasta que duerma dios
y eso, lo sé,
será nunca.

Perdóname si a veces fui castillo
o demasiada flor para ti
o heno en vez de cielo.

Siendo quien soy y fui
mi impulso natural
es amarte.

He aprendido a contar estrellas
sobre la mesa llena de frutas
y también sobre la cama.

Perdón si te robé el alma:
segura estoy
que ese es mi delito mayor
y me hace más mujer
que a ninguna
sobre la tierra.

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