Perdóname el agua
cayendo por el barranco
de este día sin ti.
Perdóname si fui corteza
antes que papel
en otra vida
y creyendo que era la misma
tallé tu corazón
que entregaste hasta que duerma dios
y eso, lo sé,
será nunca.
Perdóname si a veces fui castillo
o demasiada flor para ti
o heno en vez de cielo.
Siendo quien soy y fui
mi impulso natural
es amarte.
He aprendido a contar estrellas
sobre la mesa llena de frutas
y también sobre la cama.
Perdón si te robé el alma:
segura estoy
que ese es mi delito mayor
y me hace más mujer
que a ninguna
sobre la tierra.
martes, 9 de septiembre de 2014
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