Amo la turgencia que dejas
al pasar tu cauda sobre mi piel.
Pequeño astro que crece
con el deseo de tu hembra amada.
Yo quiero ser tu armadura
tu sangre, tu fuerza.
Sigue tus rayos sobre mi cuerpo.
Verás que siempre estuve ahí
y nunca dejaré de hacerlo.
lunes, 22 de septiembre de 2014
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