Tendremos ese reino
entre las manos
la elevación de nuestro espíritu
mediante la danzante carne,
su piel dorada de grandeza,
polvos ocres del polvo levantado.
Tenemos ya un reino
de amor grande
y canciones de cuna bellas,
cuatro ojos para pulir
la poesía
dos mentes para imaginar
la novela más feliz
de nuestros corazones.
sábado, 13 de septiembre de 2014
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