Llegas después del martirio
justo en la mitad de la muerte
la mía
y me pones a bailar
como novia de pueblo ignoto
me pones a brillar
a pesar del mundo
y su ironía.
Que llegue el otoño
y verás
que desde mi sepia
te amo
más pátina de latido
mucho más cielo
todavía.
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