del mundo y sus poderes
te elijo a ti, Ramón
en la ternura y en la soledad,
en lo agreste y lo florido,
en el páramo y en el campo,
en la luz y en la niebla.
Entre todas las rodillas
del mundo y sus placeres
te lamo a ti, Ramón,
en la alcalinidad y el azúcar,
en la vida y en la muerte,
en el misterio y en la respuesta,
en el corazón del aire
plagado de jazmines
y varios atardeceres.
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