Caen las hojas
competencia caduciforme
contra el sol que las alimentaba.
Caen las risas del hipócrita,
las esperanzas de la puta,
la moneda y su valor.
Caen las sombras de nuestro amor,
se diluyen por la coladera.
Baja el sol a esta estampa:
se eleva mi plegaria a tu voz,
tu voz de roble y prado dulce,
tu voz de nobleza móvil
que inunda mi cuerpo.
Cae el cansancio por lo fútil:
regresa el navío del amor,
su lugar lleno de besos,
de nuevos besos a la hora
de entregarnos
otra vez, para siempre,
el alma
lunes, 29 de septiembre de 2014
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