Te encuentro
a mitad de mi segundo rostro
en la hendidura
donde traes tu luz
y me vuelves quinqué
de húmedos besos.
Te escribí dos nombres
a raíz de tu cuerpo.
Te recé dos aves países
para que jamás
vivieras sin casa.
Te encuentro
a mitad de la calle
saturando mis oídos
con tu hilo de risa
elevando mi corazón
como un cometa.
miércoles, 27 de agosto de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario