Los cantos negros de la vida
son aves de un paraíso incierto.
Ante los oídos del mundo no se mueven
no se queman ni se tocan ni se miden.
Como tampoco se mide el adiós
porque en realidad es un hola de regreso.
Una ola de regreso.
No hay más muerte que la tristeza
y al fin de una vida en la tierra
es mentira que no haya más luz
pues el todo atrapa la llama que nos enciende.
Los cantos negros de la vida
en verdad son blancos y majestuosos.
Son el último regalo divino
para quien vive feliz en este páramo.
Los cantos blancos de la muerte.
Los cantos transparentes de la eternidad.
martes, 19 de agosto de 2014
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