En la hora azul
Buda bendice a los seres alados
con otros nombres.
Los llama eternos
o acidulados frutos volátiles.
Nunca pájaros
nunca libélulas
nunca luciérnagas
nunca aves.
Sobre su manto giran
los fonemas de dios
y son serenos.
En la hora azul
el rostro de tu hijo viene a mí
para que lo acaricie
como si fuera su nacimiento.
Todos los días en el templo
es navidad,
dice Buda.
Por eso las viandas en forma de estrellas.
domingo, 24 de agosto de 2014
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