en el reino de Buda.
Los patios se pueblan
de risas niñas
graduándose de sí
olvidando que serán libres
por la inocencia.
Saben a flor las golondrinas en el cielo
cuando las mira Buda.
La emancipación del artista
nace con un sombrero
con la boca abierta:
bienaventurado aquel que sepa
crear creyendo en el universo
porque es de él
que le llega la creativa sabiduría.
Saben a flor
las máximas de Buda.
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