El deber de una mujer
es esta casa y sus ventanas
este foro de flores y caricias
para enfermos y niños.
Un puñado de estrellas
sobre la ropa
y entender al piso
como la alfombra perenne
donde el corazón baila
por amor a su amado.
Y respirar segura de que su nombre
transfigurado va en el aire pleno
donde habita el amor de su compañero.
Despierto y confirmo
que eres tú la gracia.
Saco mi corazón y te lo escribo
enamorado y sueño
lumínico y entregado.
lunes, 1 de septiembre de 2014
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