Dulce sereno que empapa
al fruto silente de azúcar de la Luna
con la miel de Venus sin Torre Eiffel de París:
Sácanos del desencanto,
mastícanos la margura
haz que se disuelva entre la espera
y el llanto
juega una ronda infantil con nosotros,
los desterrados hijos
del mundo que ya no cree jamás
en el porvenir.
Y luego vuélvete miseria
para los mezquinos del viento en sus almas
y ábrete riqueza de quienes
esperan tu lluvia para sobrevivir.
Que no exista otra salida
en verdad no quiero que exista otra salida
más que la de ser beso en tierra viva
trozo de luna nueva
miel y almizcle en un solo existir.
miércoles, 1 de julio de 2009
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