Tengo ganas de acordarme
a lo que sabía un día de mi calendario
pendiendo de tus manos.
Dar de vueltas en mi propio eje
sentir el mareo
gritar la ola de tus pasos
acercarme a ti aunque fuera
para dejarte mi último aliento.
Levantarme antes que el Sol
y junto a una adormilada Luna
acicalar mi rebeldía frente al espejo
adornarla hasta verla bonita,
porque, sabes,
yo también tuve un deseo:
ser la estrella especial, la afrodita precisa,
la mujer perfecta de tus silencios.
Como en aquellos tiempos,
que arrastro hasta vivirlos otra vez
en mi cuerpo.
martes, 28 de julio de 2009
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