no te quedes
no te pierdas
no te inquietes
no me ofendas
no me entiendas
no me esperes
no me ignores
no me cantes
no me sueñes.
No me tomes la vuelta a mis rizos no aceptados por mí.
No.
Mejor,
Habla despacito mi nombre,
pedazo de sol hecho hombre;
y este envoltorio de chica mala
desenvuelve.
Disuelve las fustas de las memorias cortas
que nos quedamos sin parir.
Y ábreme, corola al viento,
fruto que en mi cuerpo no muere,
un haz de luz como la nieve
un brindis de labios a partir de dos.
Vigílame mis órdenes
síguelas hasta depurarme:
quizás dentro de todo este espiral perdido
esté el directo camino
para llegar a la verdad:
El corazón me robaste tú.
Y esta noche, el fascismo soy yo.
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