Estoy tan anestesiada
que cualquier intento de escisión
así bajara por mi pecho
así desnudara mi espalda
no lo sentiría
sino hasta verme un poquito ajena
entre esas miradas.
Miro hacia el cielosol:
jamás las nubes habían sido tan nubes
como nunca este paso en sigilo
me había dado tanto tremor.
Estoy tan anestesiada
que cualquier noticia me vendría
como si no pasara nada
y la realidad onírica se me presentaría
como lo que vale la pena de verdad.
A pesar de todo
sigo sintiendo pasos
en el estómago, en el cerebro
y en mi corazón.
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