Quise cantar
pero miré a mi alrededor:
tu voz vacía en mi plato
los amigos por correspondencia
a conveniencia
son una daga en la espalda.
Los maestros vacacionan
y me quedo tarareando
una de Miguel Bosé.
Ahora recuerdo
-precisamente ahora-
que a veces he perdido mucho
nomás para no verte llover
y sí
-paradójicamente, mira-
para verte siendo mi amanecer.
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