Pongamos que estoy
de pañuelos largos:
sucede que soy árbol
y que te espero aquí,
enmudecida, enmohecida,
cuarto agrietado por lunas y voces
que no ahuecan porque soy un pozo.
Otoñas mis últimos avisos
en los clasificados:
no hay mucho de dónde cortar espasmos
simplemente me ocurrió.
Y hasta tuve ganas
de ser el púrpura de mis manos
deslizándose dentro tu cuerpo...
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