Todos supimos
el valor de lo primigenio
en tus ojos:
Mis manos, mi lengua,
mi cerebro
y hasta mis labios ciegos.
Ahora escribo un libro
donde cuento la travesía
de ocho millas-años
de tanto y tanto amor.
Quiero conservar la línea
maestro y niño mío,
caballero que me salva,
verdugo y luz.
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