Quiero algo muy amplio
para abrazar esta salud
que nos tiene ensimismados
pensando enfermedades para entretenernos
buscando la cura para no pasárnosla tan mal.
Quiero brindar por los años
que me queden en esta tierra;
brindar a tus dos cuencas
a tus manos de hombre del norte de mi esencia
a tu voz, a tu palabra
a tus letras...
Y a todo lo estáticamente virginal
que sucedió tras la secuencia
de un buen día sin exigencias
ni frutos prohibidos ni final.
Quise brincar al paraíso.
No lo hice:
me di cuenta que en él
cada dos o tres días
(u horas o noches o mediodías)
me encuentro ya.
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