Para el amor de nuestros días
que eres tú y soy yo danzando
los tambores de nuestros antepasados
corazones bravos sometidos
a la música del primer silencio.
Para el amor de nuestros días,
animales blancos cantando odas
una caricia anticipada por el deseo
seres alados multicolores recitando Góngora
la primavera de Praga, la de Arabia
y la de Orión.
Para el amor de nuestros días
kleenex, papel sanitario
hojas enteras desnudas transitando
por nuestros ojos antes que por nuestras manos,
agua bendita para limpiar el caos
sudor volcánico y sol.
Para el amor de nuestros días
estas coplas viejas
armarios vacíos, lenguas muertas,
cansadas, despiertas.
Un día prolongado absteniendo la tristeza,
una bailarina de vestido blanco
diciendo estas líneas,
una bailarina y un ejecutante
para el amor.
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