Flores sencillas, mariposas silentes -duermen-, canciones de hojas con villancicos al aire. Las faldas de mis abuelas penden como banderas para indicar que se ha cruzado el límite y es posible alargar el sueño
dolor de cabeza
mareo
no tomé nada, juro que es prestada
mi boca.
Odio la Navidad porque no está tu perfume
y hago como que río.
Luego bailo, atrayendo cada uno de tus átomos. Y nada.
Qué le pasa al sol que no durmió. Le pregunto al tocacintas y me dirá que está muerto.
Ánimo, falta una nada,
ánimo, no soy yo la que habla.
Ánimo, quizá sea la última Navidad, según los mayas.
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