domingo, 18 de enero de 2009

Mil girasoles

Y que mil girasoles
se muevan entre nuestros brazos:
así tendremos sol todo el invierno
y el gris se desteñirá de nuestros corazones
con el fuego en la palma de nuestras manos.

Eso es lo que deseo para ambos:
que se instale en definitiva
el milagro de la vida
tal como lo esbozamos
tal como nuestro Amor lo imagina.

Y que mil girasoles
se vuelvan todos besos
para que perfumen tu cuerpo
para estar donde estés tú.

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