martes, 13 de enero de 2009

A mi estrella

La que más brilla
la más etérea:

por guarecer el corazón más rojo
sobre esta Tierra;

Yo estoy a tus pies,
a tus encantos
a la desnudez
de tu entropía;

Estrella mía,
la más callada por contener la sabiduría
que los hombres entienden
cuando de noche
al deslizar tus manos por las letras-rendija
les das el alivio como a los ciegos
y de la ignorancia los retiras.

Al amor más grande
que he tenido en mi vida
sólo tres noches
y ya me tienes por tí enternecida:

Alúmbrame cuanto puedas
que tu luz guíe mis días.

Estrella de ángel
abrázame estas letras
que hasta tí vuelan despavoridas.

Inmolaría mi carne
para ver tu magia discreta
estrella de puntas varias
única en este valle
enmedio de tanta malicia
dame tu brillo para enjugarme
vuélveme toda eterna
(y de un perenne instante).

1 comentario:

Amando dijo...

Hermoso y terso poema.
¿publicarás un libro? Merecería la pena.
Felicidades por tu escritura.