martes, 27 de enero de 2009

La caja mágica (el desierto)

Y de pronto
abrí esa caja mágica
y me encontré con unos aros
enmarcando tus infantiles ojos.

Debajo estaba una sonrisa
como sol de mediodía
de esos que son felices
y al quemarte no produce dolor.

Y como por arte de magia
me sentí de una felicidad invadida:
eres tú mi ángel, mi guarida.

Yo por tí soy flor que no caduca
y sonríe a tu lado a esta rara vida.

Quien diga que en el desierto
encuentras sólo nada
está en un desacierto:

Benditos tus labios, bendito tu cuerpo
benditos tus ojos y tu aliento
tanta luz como agua corre
y todo salió de tu desierto.

No hay comentarios: