Recuerdo que iba a casa
pero me quedé varada
en la maravilla trágica de esta tierra
y no quise volver
al seno cósmico
donde no hay muros de metal.
Pero esta noche me hace falta
entender por qué aterricé
donde no imaginaba.
Quizá fue por su mirada
por ese silencio que taladra.
O porque estaba conminada
a vivir esta delicia amarga
que se llama amor unilateral.
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