sábado, 10 de enero de 2009

Hilos a contraluz

Abrí la puerta
y como quien no se lo espera
un gélido viento peinó mi cabeza.

Estoy en días de guardar, lo sé
es sólo que esta noche
el silencio hace evidente
la ausencia del ser;

que maneja mis hilos a contraluz
soy su mariposa en sus manos
y a veces dudo
que él se entere de su poder.

Le daré un beso a ocho grados
el veintidós me guarda entre sus labios
esta noche, por cada vez que pronuncie
Vida,
estaré en su carne
le amaré sin que él me lo pida.

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