domingo, 26 de octubre de 2008

Nota al pie de mis poemas para ti

Lamento tanto no poseer
las señas para que llegaras
a El Dorado.

Lamento también
acaso, tanta indiscreción
(tanto fuego entreverado
tanta imaginación).

Lamento, quizá
mostrarte lo opuesto
a mi parte de la magnificencia
que me heredó dios.

Pero lo que no lamento
ni lamentaría en cien mil años,

Es haber volado en las alas
colocadas en las palmas de tus manos;
Pedirle a Neptuno
que me guiara donde tus pasos...

Tenerte en mi cabeza y en el pecho
a diario
a pesar de no decirlo
cuando las letras
dejan de ser un imaginario...

Enamorarme genuina
y lentamente
(quitando las capas de la cebolla
que pones por caparazón)...

De tu corazón
de tu corazón
de tu corazón

De tu luminoso y bendito
corazón.


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