domingo, 5 de octubre de 2008

Deseos a las catorce con cuarenta y ocho

Y que un día los egos
fueran desterrados de este mundo
para poder decirte en tu cara
lo mucho que me aluza tu mirada
lo fuerte que palpita mi sangre cuando te piensa
lo extrañamente perdida que me siento tras tu partida
porque ojos así, nunca otra vez en la vida
porque voz como la tuya
para curar mi alma, apenas clonando su tesitura.

Y que un día los egos
se largaran de tus escritos y los míos
y yo pudiera decirte un te quiero
sin miedo a ser objeto de vituperios o de olvidos
de voyerismos extraños

de protagonismos sin sentido.

Y que un día te pudiera leer estos ciento cincuenta poemas
que te he escrito
para llenarte la piel de besos
para besarte de verdad mientras en el acto
pienso nuevos versos en mi seno.

Y que un día dejaras de pensarme demente
para descubrir a este pecho latiente
que por ti, amor del bueno,
brincó paredes y torres
edificios y rascacielos
sólo por decirte que te quiero
que eres en mi vida el único lucero
y que formé mis días con la cronología
"Antes de su piel, después de su luz en mi vida".

Y que un día creyeras
que no te digo mentiras
que la vida puede ser dulce
y que hay amor real en mis avenidas...

Nota al pie:

Escrito he lo que siento
porque me hace falta tu aliento
te invito a estar en mi cuerpo por un día:
el Wish you were here es nada
comparado con este sentimiento.

Los amores no se eligen
ellos nos eligen a nosotros
nada puedo hacer con el mío
sólo escribirte en silencio y de a poco.

1 comentario:

mike dijo...

cierro los ojos...

y guardo silencio.

Besos y más besos