No se pide permiso
para sentir lo que ni pedido sería regalado
por eso los humanos insistimos
en eternizar los besos robados.
Les echamos buena vibra
y cruzamos los dedos
mientras las almas entrelazamos:
el que diga que besar es pura saliva
que se vaya a un mundo más indicado.
Sin los besos el yo no existiría
pues en el otro encuentra su alegría
que aunque es efímera por mayoría
se quedan en el siempre
en el apartado de la memoria
que se llama
cosas agradables de esta vida.
martes, 21 de octubre de 2008
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