La caja (el octavo día).

He recibido un paquete
proveniente de una galaxia cercana
afuera decía con palabras raras
"manéjese con precaución
con ansiedad
con erótica vehemencia
con absoluta tristeza y total melancolía
o como le dé la gana".

Entonces yo decidí abrirlo
con circunspecta alegría
deslicé mis dedos sobre los pliegues de sus caras
y lo abrí con seductora ironía:

La caja no contenía nada
se parece tanto a la vida...

Abajo, pegada entre dos de sus aristas
el instructivo extraterrestre decía:
toma el vacío de esta caja
y crea con él la obra nunca antes vista.

Así fue como nació el octavo día de la semana
un día especial
para los que estamos fuera del juego de este mundo
para los que no encajamos en sus pervesidades e hipocresías
un día total
para los que amamos perennemente
para los que damos todo, incluyendo nuestras vidas
un día singular
para los bellos por dentro
para las bendiciones altruistas
que buscan emancipar a los desgraciados
que por esperar el paraíso se pierden esta vida.

Venga usted y compruebe
el sabor de mi octavo día
le sabrá a lo que usted mande
le sabrá a lo que usted le pida
en tanto sepa recuperar la inocencia
esa que usted y yo
su vecino y su familia
hemos perdido por culpa de pensamientos negros
de sentimientos que asesinan.

El octavo día está por comenzar
al filo del frenesí del sábado y de la dominical apatía
no necesita boletos para entrar
es gratuito, sólo entréguese a este día.

La caja vacía invita
me invitó a mí
invita a los desencantados por un día
invita a los que sueñan con mundos mejores
a los que creen en que el amor es la vida
todo eso y más cabe
en mi octavo día.