martes, 21 de octubre de 2008

El supermercado de la vida

El supermercado de la vida
debió llamarse así al principio:
venimos a parir chayotes
estudiamos para papas y salimos camotes
nos sonrojamos como las manzanas
soñamos con lunas de miel prefabricadas
adelgazamos para parecer peras
y así casarnos un buen mango
y aunque sus besos a limón nos sepan
nos levantamos
y tan frescos como una lechuga nos miramos...

1 comentario:

mike dijo...

Nadie podrá decirlo mejor.