Abrí la puerta al corazón de la tarde
salieron mandalas
un ojo de Buda tejiendo amapolas
el giro de la falda blanca.
Mantras bordados mantras
entre las violáceas montañas
de una feminidad inteligente
tocando mi puerta
obsequiándome los manjares
que probé
antes de morirme en éter
y volverme mujer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario