Cómo dan ganas de renacer
-para qué, dicen mis labios
las caderas, estas piernas
que aguantan tierras baldías.
Renacer un día
acomodar las palabras dulces
entre los cabellos de Miguel
y decirle adiós
antes de su despedida.
Renacer el mismo día
y embotellar a Madame Rochás
en cada beso de Margarita.
Renacer y no sentir
el miedo de siempre
la culpa de la infancia a causa de la cruz
-cada Cristo es un insurrecto
prefiero dejar de asistir a la cena
que dejar su libertad-
la necesidad de protegerme del polvo
del prójimo.
Cómo dan ganas de renacer
y reescribir "te amo" mucho antes
de conocerlo.
Renacer en una hoja, como siempre
soy yo la escrita no renacida.
jueves, 9 de mayo de 2013
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