Final de domingo
fantasmas de agua sucia
seis horas perdidas
retorno a1998
su desagradable transcurrir dominical
la subyacente sensación
de que se está mal
y puede ir peor.
Soledad, siempre has sido mi verdugo
mi oráculo, mi pilar
mi televisor en mute
mi playlist entre trastes sucios y agua
la verdad última.
Siempre hablando a la pared
siempre escribiéndole a ella
para ser oída, sentida.
Las pieles, los corazones, adónde.
La ofrenda mía no importa.
Siempre la humilde pared
la inmarcesible soledad.
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