Silencio
que las hojas no te oigan
la alfombra de versos
no alberguen tu cuerpo desnudo
que esta piel palpitando
no hable por ti.
Acaso baila al compás de sus canciones
muévete lentamente
cuando su magia errante
ya sabes lo que ocurre
si la boca
si los ojos
si los muslos
si el corazón
protagonizan tu existencia.
Y ven y escribe aquí, mujer
que otra vez
(o quizá deberías decir
por primera vez tras el naufragio)
estás totalmente enamorada
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