la electricidad debajo de la lengua
en el ombligo
a la hora de despertar mi sexo
estando aún dormida
creyendo en el futuro milagro.
Vuélveme más vulnerable
así, corpiño y cinto de las ideas abajo
la montaña de tu cuerpo-corazón
subiendo otro poco a diario
tu mano sagrada limpiándome
hasta ser merecedora de tu abrigo
tu hambre tu nombre tu espacio
tu alma blanca.
He salido de mi tumba para mojarte los labios
y no sé bien si a la derecha o hacia el frente
o si simplemente el silencio.
Sólo sé que es amor
y por eso se quiebra mi espada.
Para el hombre melodía
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