Era tu cuerpo entrando
por el ojo de mi gruta.
Era la dulzura de tu fruta
engalanando mi belleza.
Cambiaré el copretérito
por un tiempo presente
para que el recuerdo no avance
para que tu beso me caliente
hoy o mañana
el día que renazcas entre mis yemas
otra vez, como en septiembre.
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