Feliz primavera,
qué lindo el nombre de abril.
Usted dice eso
y yo vuelvo a creer en la poesía.
Las calles se pintan de un lila que da envidia,
se vuelven absurdas las mentiras,
se oye la música sublime de su voz
que ensordece al insulto incapaz de mi alma abatir.
Luego, el corazón de mi mundo
junto con el mundo de mi corazón
se arropa en el manto de sus buenos deseos,
volviéndose un mismo
florido
sonriente
ejemplar de tambor
Capaz de darle al mundo
una nueva canción de alegría verdadera.
Laus poëta:
Mi planeta se yergue una vez más y gira.
Irrumpe el color en la vieja elegía
si en mi pan de cada día
esparzo yo el espíritu de sus letras.
martes, 5 de abril de 2011
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