viernes, 8 de abril de 2011

Canción de arena

Canción de arena para mecer adversidades
fosilizadas en un rostro múltiple,
lleno de historias:

La marea va,
el calor de fuego perenne viene.
El tremor del tiempo acontece,
la distancia su propia cauda devora.

Es el aire lo que trae cantos y voces.
Insufla vida y recrea temores
y lo mismo se acurruca en la impermanencia de las cosas.

Ahora que todo viaja y está por despegar
no llores más, niño,
no llores más.

Que los dioses jónicos atraviesan la luz y la sombra
y los budas de la casa de tu abuela
un guiño de esperanza cuando duermas
te darán.

Arru-rú, duerme ya,
que los dioses todos
su copa en tu nombre alzarán.

Canción de arena para adorar
la impermanencia de las canciones:

Porque eres finito en el aliento universal,
grábate este canto
y luego tíralo al mar
al mar
al mar
al infinito, estrellado mar.

Que lo atrapen los labios azules de la playa,
deja que se ocupe ella de cantar.

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