Oh luz de día, fuente prístina
que me acerca a la soledad de mis horas,
mi sin lugar en este mundo
con tus faldas se aluza.
Miro atentamente el hueco sin nombre
que es todo para mí.
Oigo el estentóreo paso de mi hermano
callándome con sus fauces sucias.
Nada me rompe, porque no existo.
Y soy más invisible aún
en un miércoles donde se cierran
las puertas de la gloria.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
nice post. thanks.
Publicar un comentario