viernes, 12 de septiembre de 2008

Olvidé

Olvidé decir a esos ojos
lo bellas que son las flores celestes

cuando termina de llover y los cipreses

bailan sus ramas con las golondrinas.


Olvidé entregarle a esas manos

la alegría de una cantera rosa y amarilla
la incredulidad de las sonrisas tardías

y la fluorescencia de mis dientes al dormir.


Olvidé compartirle a esa voz

lo más importante de lo que poseo en vida

un girasol que da vueltas en mi cabeza

un sol-luna pintado sobre la cabecera

miles de letras que juegan a que yo no las lea

y un reloj descompuesto que está puntual
en la trascendentales fechas

y los demás días le da por cantar.

Y todo por saberme eterna frente a sus elementos
y todo por sentirme toda
enmedio de la nada
cuando en silencio le hablo.

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