Cielos verdes, cielos blancos y cielos rojos
un águila cae desplumada
su llanto sabe a sangre silenciosa.
Cielos de septiembre, corroe las venas
de tus hijos que esperamos un día distinto
que no sea precisamente
el juicio final.
Madre mía, Patria del alma
dónde quedaron tus vestiduras
adónde el fuego de tus entrañas
que hoy no tengo ganas
de gritar por ti
de gritar por la paz.
Hermano mío, hijo del barro
hermana mía, sueño del maizal
yo recuerdo haber corrido libre entre las milpas
recuerdo que en las calles libertad había
danzábamos al Sol y la Luna agua dulce
nos daba para tomar.
Dragón precioso, serpiente emplumada
si alguna vez exististe
regresa y calla
el llanto que desde que te fuiste no cesa
demuéstranos a tus hijos la fuerza
que dentro de nos habita
muéstranos el legado que dejaste
antes de a los cielos volar.
Cielos verdes, cielos blancos y cielos rojos
el alma en el congojo
hoy lloraré que fuiste
mañana tal vez vea
que es otra esta realidad.
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