Córrele que te alcanzan
las horas son cruentas
los segundos no perdonan
y la vida no siempre es fiesta...
Apúrate que te comen
afuera hay zorros astutos
hombres con trajes impolutos
sin piedad en sus almas
con el presente merced de la ambición.
Yo correré a mis anchas si eso me place
me apuraré para tomar despacio el aire
descubrí con la muerte de mi padre
que la vida es una
y que repetir lo no vivido
tal vez ni siquiera dios.
Abrazaré a Cronos hasta desvanecerlo en mi silo
él y yo somos viejos conocidos
ayer firmamos un pacto:
por mi los segundos no me harán pasar un mal rato
en tanto sepa vivirlos uno a uno
en tanto pueda ser libre yo.
viernes, 12 de septiembre de 2008
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