viernes, 15 de agosto de 2008

Tú caminas sobre el agua y sin tener un caminito de piedras
fundes las flores matutinas con los cantos nocturnos
y elevas las voces de los oprimidos con tus teclas.

Eres la nave-nube
que aterriza en mi ventana por la mañana
el mal genio del poseedor de la llave de la libertad sin la puerta
-la ansiedad del mismo por resolverla-
y el escrutinio de quien todo lo indaga
antes de tomarlo como propio
(antes que rendirse a su absoluta certeza).

Tú vuelas sin alas
eres más etéreo que el mismo enigma de la vida
y mucho más sagrado que cualquier ser ordinario sobre la faz de mi tierra.

Puede ser que tu silencio a veces me envuelva
en situaciones obtusas, caóticas, poco llevaderas;

Pero he sabido hallar en él las notas de la música que fabricas
cuando de pronto siento un pensamiento tuyo sobre mis cuatro elementos
cuando de pronto te siento encima mío y no me pesas
cuando de pronto te siento a lado mío y no te veo
cuando de pronto te siento delante mío y no te sigo
cuando de pronto te siento inquilino de mi pensamiento y yo
ni siquiera me quejo.

Y sin lugar a dudas
(y a pesar de todo lo que no has dicho
y de lo poco que de tus labios-letras ha salido) ...

Eres lo más parecido a haber aterrizado
en los paisajes de un planeta hecho a mi medida
eres el camino floreado que me lleva a la alegría
y eres la fuerza que me impulsa a seguir por la vida.

Dichosos mis ojos que han cantado tus letras.

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