Para odiar al mundo
apenas dejarse los labios sin leche
o los ojos ponerlos bajo tierra
para no ver al mundo
Apenas cortarse las manos
para no sentirlo
un golpe de cuágulo al oído
para no escucharlo.
Podré escribir cien palabras más
de lo debido e importante.
No puedo dejar de escribir.
Que el tiempo no me abandone
para escribirlo
para contarle la vergüenza que seré
apenas unos años más
me rodee la carne
(nunca el alma).
Para odiar al mundo
apenas vendiendo mi ternura a la desesperanza.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario