martes, 15 de enero de 2013
Allá, en el sol,
Mamá estará ahí, vendrá a ti
para iluminar tus labios con leche
Mientras
este cuarto de revelado, agredido
el rayo azul partiendo su memoria
¿acaso eres la Gracia discutiéndome la tristeza
o es que hablo ángeles?
Érase una vez una niña
un nido de palabras
la transversalidad del poema
-éste, el enviado a un futuro esposo
al nacituro imaginado
a la vagina pensante-.
Érase una vez una joven
un nido de espinillas
la verticalidad del poema
-oh, luz, llegaste a mi seno de invierno-.
Érase una vez una mujer
un ramo de ocupaciones
esta angustia por no marcar el fonema
llevarlo a cuestas en la sangre
-todo debe ser descanso y fatiga:
es la edad de la construcción del mundo-.
Pero realmente no importa nada.
Allá en el sol...
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