La noche de mi alma
se repite cada viernes
y tu cuerpo tibio entre mis pechos
emerge
incendiando esta habitación escarlata
de papeles, tinta y silencio.
Miro mi cara
y veo tus labios esculpiéndome tiernamente.
Toco mi cuerpo
y siento tus ojos habitando mi orografía.
Le hablo en desierto a mi corazón
y me responde con la lluvia originada en tu lengua.
La noche de mi alma
se repite cada viernes
como piedra ígnea entre mis piernas
y mi cuerpo ya no es más mío
porque está donde tú.
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