Voy a encender la yema
de tu dedo índice
con mi lengua formando olas
de saliva y ámbar.
Volveré ígneo tu linaje
con la danza antigua de la guerra
apostada en mis caderas
Volveré perfume de almizcle tu marfil
y lanzaré la última gota
a los amaneceres del desierto.
Te robaré el silencio,
me lo beberé todo de nuevo.
Firma en una madrugada vacía
mi sexo.
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