viernes, 3 de octubre de 2014

Nube, no te nubles de mañana
el corazón se arranca en octubre
cual si los cantos fueran hierro
y las sonrisas, musgo para entraña.

Me arrancarás el alma
si no veo la vía.
Nube, mi alma está clara
y a mi amor yo preciso.

Nube, nube mía,
llévame a su nido,
imprégname el amor
para que él todo mi amor sea.

Nube, no te nubles sin filosofía
de amante ciega y errada.
Sin él las sendas se vuelven
páramos y azoteas sin limpiar.
Sin él Schubert me canta
y lo siento marica
al grado de querer darle
otra vez, la muerte.


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