martes, 7 de octubre de 2014

Suena, corteza,
la canción del semen de mi hombre.
Adéntrala en el oído
del gigante dormido en el lago
y vuelve dulces los mares pretéritos
los futuros
y los que anidan en su boca

pues de su boca emana la vida
saliva salvia amada
y por su boca es que yo existo.

Suena, corteza,
el corazón de dios
entre nosotros, los enamorados amantes.

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